TODO ES POSIBLE Y PUEDES CREER

TODO ES POSIBLE Y PUEDES CREER
(relato de Alicia Valles Hernandez, El Salvador – Centro América )

Nací el 22 de julio de 1970, soy la numero ocho de 12 hermanos, de los cuales cuatro murieron recién nacidos.
Mi niñez y adolescencia fue en el campo donde vivía con mis padres y hermanos. Mi papá era el Jardinero de una casa de campo en la hacienda en la cual vivíamos, mi madre se dedicaba a cuidar de todos los hijos, viví una niñez muy sana.
Trabajé como empleada domestica en Colonia Escalón por tres años. Cuando cumplí 18 años, cambie de trabajo y me fui para los Planes de Renderos, ahí conocí al que hoy es mi esposo, un hombre veinte años mayor que yo, ya egresado de la Universidad, con una vida propia, amigos, y carácter difícil, me enseñó muchas cosas en la vida y me incentivó para que siguiera estudiando.
A los dos años de estar juntos nació mi primer hijo, les digo que era el deseo mas grande de mi esposo tener hijos, y especialmente que el primero fuera varón, deseo que Dios le concedió, pues el 21 de mayo de 1990, nació mi primer hijo. Después en el año 1993, nació mi segunda hija y en año 2001, nació mi tercera hija.
Mi esposo siempre fue un hombre trabajador, proveedor y visionario, pues cuando nos acompañamos, él me dijo que si quería aprender algún oficio, y fui a recibir un curso de corte y confección, luego en 1990 y 1991, estudie un Secretariado.
En la Academia, conocí el programa de educación a distancia y en el año 1991, comencé a estudiar a distancia séptimo grado e hice mi bachillerato de tres años de esa misma forma.
En el año 1997, me gradúe de Bachiller y tuve el privilegio de que ese año implementaron la prueba de la PAES, fue así que ese mismo año me inscribí en la Universidad en la carrera de Ciencias Jurídicas. Para ese entonces mi esposo ya era Abogado y Notario, pues estando juntos, él se gradúo y lo autorizaron como abogado y posteriormente lo autorizaron como Notario en el año 1994.
Vivimos durante doce años solo acompañados, y nos casamos en el año 1999. Durante muchos años traté de cambiar a mi esposo con las críticas, pero con el tiempo comprendí que como seres humanos, no podemos cambiar a otra persona, solo lo puede hacer Dios, por medio del Espíritu Santo en nuestras vidas.
Durante más de veintisiete años de vivir al lado de mi esposo, he aprendido que en la vida todo es personal, que Usted no dará cuentas de mi por mis actos, que la salvación es igual que la medicina, nadie puede tomársela en nombre suyo y que Dios pedirá cuentas a cada uno por sus actos y especialmente que al final no vale la pena vivir en sufrimiento, esperando que nos den lo que como humanos imperfectos no pueden darnos, esperando amor, buscando la felicidad en el mundo y solo Dios, puede dar amor verdadero y la felicidad, ya que como humanos somos imperfectos.
En el año 2014, me gradúe de Licenciada en Ciencias Jurídicas, en el año 2006, me autorizaron como Abogado de la República de El Salvador. No ha sido fácil, pues para lograr las cosas que tengo, primeramente ha sido bendición de Dios, y también se cumple la palabra de Dios en nuestras vidas cuando dice, mira que te mando que te esfuerces y seas valiente, todo en la vida requiere esfuerzo, lo cual significa no solo hacer lo que uno debe hacer, sino ir mas lejos de lo que le corresponde.
Tengo ya once años de trabajar en forma independiente en el ejercicio libre de la profesión de Abogado. Dios cada día me bendice especialmente en salud, seguridad y protección para mi y mi familia, nunca han faltado los alimentos en mi casa, siempre cumplimos con las obligaciones en el hogar, los hijos y todo lo necesario, me he cuidado siempre de no gastar más de lo que gano. Bendito y alabado sea mi Dios por los siglos de los siglos por su inmenso amor y misericordia.
Lo que respecta a mi esposo, el comenzó un caminar con Dios, en el año 1999, como dije antes, pero en el año 2002, un cliente de él, lo invito en varias oportunidades a las reuniones de la Fraternidad Internacional de Hombres de Negocios del Evangelio Completo y desde ese tiempo ha seguido reuniéndose, al punto de haber sido parte del grupo de hombres que iniciaron el capitulo Planes de Renderos y para honra y gloria a Dios, hoy existen dos capítulos de hombre y uno de damas.
No soy perfecta, siempre hay problemas en el diario vivir, pero he aprendido a confiar en Dios y a creerle a Él, y todo lo demás es ganancia, tenemos seguridad y gozo que solo Dios da.
En mi hogar y vida de pareja, hay compromisos económicos que cumplir, como en todo hogar, así que los gastos los dividimos con mi esposo, pero no en partes iguales, él cubre la mayoría de ellos, nuestros hijos saben que las decisiones las tomamos en conjunto y a la hora de permisos hay acuerdo de respetar la opinión de mamá o papá, según a quien acudan primero, le doy gracias a Dios, por la vida de ellos y por lo que son.
Tengo once años de pertenecer a la fraternidad, y pertenezco al capitulo de Damas Planes de Renderos, en el año 2011, tuve el privilegio de tener a mi cargo la coordinación del Capítulo, fue una experiencia muy bonita, una responsabilidad muy grande, entendí que no fui elegida por ser la mejor, sino por necesitar mas de Dios, se que a Él no lo puedo agradar con mi servicio, pues mi servicio a Dios, es en agradecimiento por todo lo que Él nos da cada día.
Mi última hija a la edad de cuatro años y cinco meses, le diagnosticaron ESCOLIOSIS NEUROFIBROMATOSA. La escoliosis le produjo una curvatura de mas de ciento ocho grados en la espalda, y la neurofibromatosis, nunca se ha manifestado y estoy segura que Dios en su infinita misericordia ya la sanó completamente, me dio fortaleza e incluso pude reprender los pensamientos de ansiedad, respecto al futuro de mi hija, pues Dios me hizo ver que para él lo importante es lo interno y no lo externo.
Desde el diagnostico de mi hija, en el año 2005, inicié una serie de consultas con especialistas y todos coincidieron que solo la operación podía corregir el problema de curvatura que padecía, no obstante ello, usó por tres años corset y recibió diferentes terapias, además estuvimos por tres años consecutivos en las campañas de cirugía que se llevan a cabo una vez al año, en las cuales médicos de Estados Unidos, vienen para elegir y operar a un grupo de niños, casi siempre no pasas de veinte niños, y en una de esas campañas mi hija fue elegida en diciembre del 2010, para ser operada el día seis de febrero del 2011, operación que no se llevó a cabo, no obstante estar en la puerta del Quirófano, por haberse enfermado de gripe, pero Dios tenia un plan diferente en la vida de ella.
Con la ayuda de una Fundación y la voluntad de Dios, el día uno de abril del 2011, partimos con mi hija hacia la ciudad de los Ángeles California, y el destino final del viaje era el Hospital Shriner for Children, lugar donde teníamos cita el día cinco de abril del 2011. Dios nos permitió, conocer personas maravillosas que incluso nos llevaron a Disneylandia y a la playa.
Quiero decirles que todo es posible, que podemos lograr cosas grandes en la vida, que cuando Dios nos creó, nos hizo a imagen y semejanza de Él, lo que pasa es que cuando venimos a este mundo, perdemos mas tiempo en lamentarnos que en superarnos, no tenemos aspiraciones, proyectos, visiones de lo que queremos ser, sin un proyecto de vida es imposible lograr algo, equivale a ir a un lugar sin tener la dirección exacta, también vamos por la vida sin sueños que cumplir y sin objetivos definidos.
Habiéndose cumplido las promesas que Dios tiene preparadas para ti y para mí, cuando nos dice que: No nos dejará ni nos desamparará, estará con nosotros todos los días hasta el fin; hará sendas donde no las hay, en el hueco de su mano nos sostendrá y que con Él, somos más que vencedores.H
Todas las promesas que mencionó Dios, las ha cumplido en mi vida y en la vida de mi hijita, ya que no obstante el diagnostico de ella, la única manifestación de la enfermedad ha sido la curvatura en la columna vertebral, habiendo sido operada el día nueve de enero del año 2012, en el Hospital Shriner for Children de los Ángeles California. Dios siempre ha estado en control de la vida de mi hija, ya que por medio de la Fundación, puso todos los medios humanos y tecnológicos para que mi hija fuera operada fuera del país, tuvo cuidado de su vida en cada momento, la sacó con bien de la operación y nos llevó a lugares que no conocíamos y nos proveyó de todo lo necesario para salir adelante en todo momento.
Hoy en día doy gracias a Dios, por que ha cumplido sus promesas de sanación del cuerpo de mi hija, ya que ha pasado más de tres años desde que fue operada y ha crecido, y se que Dios ya completó la sanación del cuerpo de mi hija. Como no reconocer la mano poderosa de Dios, abriendo caminos para nosotras, poniendo lugares, personas y moviendo los corazones para que actúen así; puedo ver la presencia de ese Dios grande y misericordioso, Dios ha sanado a mi hija y hoy es una persona nueva y en agradecimiento a Dios, es mi testimonio.
Soy una de las mujeres más felices de la tierra.